La escuela se convierte en un espacio privilegiado para fomentar el intercambio social y resignificar los aprendizajes que los niños traen desde su entorno.

Se busca ampliar el universo visual de los niños y desarrollar su sensibilidad a través de experiencias sostenidas en el tiempo.

A través de canciones, juegos y sonidos del entorno, los niños exploran, disfrutan y crean, desarrollando su creatividad e inteligencia.

Propone experiencias que favorecen el desarrollo corporal y motriz, ayudando a los niños a organizar y ajustar sus respuestas a los desafíos del movimiento.

Promueve el ejercicio de derechos y responsabilidades desde la infancia, construyendo ciudadanía y sentido de pertenencia.

El jardín es una comunidad donde la palabra circula. Se estimula el gusto por la lectura, la imaginación y el uso creativo del lenguaje.

Se prioriza la resolución de problemas como herramienta para desarrollar el pensamiento lógico y la comprensión del entorno.

Desde los 4 años, los niños se inician en la lengua extranjera mediante canciones, dramatizaciones y juegos.

Un espacio para el encuentro con Jesús y el fortalecimiento de la fe, compartido con las familias en jornadas de oración y comunidad.