Aspiramos a ser un centro educativo que, con calidad integral, pretende formar hombres y mujeres con y para los demás a imagen de Jesucristo, el Hombre Pleno, y que se distingan por sus valores ignacianos. Personas competentes profesionalmente, responsables y comprometidas con la sociedad. Procuramos ser una comunidad que, fundada en la esperanza, defienda la fe y promueva la justicia. Queremos potenciar la participación activa de los integrantes de nuestra comunidad en un clima cordial de trabajo compartido y crecimiento conjunto. |
La educación jesuítica, parte de la consideración del hombre que es persona humana desde el momento mismo de la concepción, como unidad bio-psico-social y espiritual, abierto a la trascendencia en las diversas dimensiones:
Cultural / Social / Histórica
En búsqueda constante de Dios a través del modelo de Cristo, “el hombre para los demás”.
En esta perspectiva, el hombre es una persona en una comunidad de personas, siendo la familia la primera y básica comunidad educativa formadora de saberes, valores y afectos. Las familias, el Colegio y la comunidad educativa, deben conformar u contexto en el que se desarrolle lo más profundo y permanente del hombe: su amor a Dios, a la naturaleza y al prójimo, sus valores y su vocación de servicio. |